La actividad física es muy recomendable para reducir el riesgo de deterioro cognitivo. Un estilo de vida físicamente activo está relacionado con la salud cerebral, y las personas físicamente activas parecen tener menos probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo, demencia por todas las causas, demencia vascular y enfermedad de Alzheimer en comparación con las personas inactivas. Especialmente, los niveles más altos de ejercicio físico parecen ser los más protectores. Para los adultos de 65 años o más, la actividad física incluye la actividad física recreativa o de tiempo libre, de transporte (por ejemplo, caminar, montar en bicicleta o nadar), ocupacional (si la persona sigue trabajando), las tareas domésticas, los juegos, los deportes o el ejercicio planificado, en el contexto de las actividades cotidianas, familiares y comunitarias. La actividad física también mejorará el estado cardiorrespiratorio y muscular, la salud ósea y funcional, y reducirá el riesgo de enfermedades no transmisibles y depresión. Por favor, considere la posibilidad de realizar actividad aeróbica y un comienzo moderado con un progreso gradual hacia niveles más altos de actividad física.
NOTA: Esta información no exime de seguimiento o consulta médica.